domingo, 12 de junio de 2011

Oda al amor


Si no me encuentro es
porque no te busco
y andas más que perdida
sin ánimo, ni dueño.

Quizás con sueño te encuentras
quizás con sueño te espero
quizás aunque no sepa quién seas
quizás aún te siga queriendo.

martes, 31 de mayo de 2011

No es difícil si no te ven..

Lo difícil de salir del armario, diría yo, no es solo decirle a tus amigos y familia: "Me gustan las personas de mi mismo sexo", o por lo menos no es lo que más, a mi parecer, sino también, tener que rendir cuentas sobre otros muchos aspectos de tu vida a personas que ni siquiera conoces.
Hay quién me pregunta que por qué tengo tanto miedo y no lo hago ya, no suelo contestar a este tipo de cosas porque puedo, sin querer, hacerlo de mala manera y esa no es mi intención, sé también que es difícil entenderlo sin vivirlo, hay que empatizar mucho y es costoso, pero lo cierto es que antes de hacerlo has de tener en cuenta cómo serán las cosas a partir de ese momento, y la verdad es que no es fácil imaginarlo, sobre todo, no es fácil acertar.

Es algo que afecta bastante a mi vida personal y, a veces, a la estudiantil también, porque todo es una cadena de sucesos.
Una de las cosas que más me afectan, desde luego y sin ningún tipo de duda, es tener que esconder mis cosas, las mías de verdad, las que dicen cómo, por qué, cuándo, qué y dónde, porque eso es de verdad lo que conforma a una persona, esas cosas que menciono incluso cambian al mismo tiempo que cambiamos nosotros.

Con esto no estoy deciendo que todos los homosexuales tuviéramos que gritar que lo somos, porque no sería lógico, igual que no lo sería que lo fuera haciendo un heterosexual, lo que yo digo, bueno, más bien quiero decir, es que si queremos normalidad deberíamos empezar a predicar con el ejemplo, igual que si queremos respeto, pero esto es ya demasiado generalizar.

Lo estoy haciendo a nivel personal porque, como yo, puede haber miles de personas, o incluve más que lo estén pasando peor y no me gustaría incluirles en una "etiqueta" que no les pertenece dando así la mala imagen que suele asolar por estos temas que son totalmente tapiados en algún que otro ámbito de mi vida.

Suelo tener miedo, a veces incluso hasta llego a llorar, y no me duele decirlo, porque es lo que hay, y lo que me toca vivir, muy a mi pesar, porque debería disfrutar de ello y vivir feliz conmigo misma para que los que me rodean pudieran hacerlo también en en respecto a su relación con mi persona.

Por ejemplo, mientras que escribo esto estoy pensando en que en minutos vendrá mi madre, y yo tendré que mentir sobre lo que estoy haciendo, en alguna que otra ocasión, si estoy apunto de dormirme y hago una poesía la tengo que esconder, porque se descadenaría una acción no demasiado positiva para mí después de que alguien lo encontrara y se fijara en que las formas verbales están conjugadas en femenino singular, así con cualquier cosa.

Esto puede desembocar, y por eso las pocas veces que lloro lo hago, en una crisis personal, de identidad, que nunca he reconocido y nunca reconoceré por todo lo que he dicho antes, aunque esto es corto, y no lo alargo más porque al final acabará en la papelera de reciclaje y vuelta a eliminar donde nadie lo pueda encontrar.

Me duele realmente tener que hablar así sobre mí, y tener que sentirme mal e incluso darme asco alguna que otra vez, pero supongo que es normal y lo que me toca. Aunque tampoco puedo negar que tengo mis arranques extraños en los que me libero, y por eso no exploto.

sábado, 28 de mayo de 2011

Prefiero quedarme dentro del armario

-¿Sabes qué?
-Qué
-No lo entiendo
-¿El qué no entiendes?
-Que los gays tengamos que salir del armario
-¿A ti alguien te obliga?
-No, de hecho, yo estoy mucho mejor dentro.. Aunque a veces tengo frío y otras me siento insegura y tengo miedo..
-¿Te acompaño?
-Sólo si me prometes quedarte conmigo.. y con mi armario
-Que nadie lo sepa
-Que todos lo sepan
-¿Todos?
-Sí.. (Sonrisa picaresca)
-¿Por qué? (Extrañada)
-Porque, para mí, todo eres tú.. 
(Beso)
-Anda, vamos, romántica, que el armario nos espera..

martes, 24 de mayo de 2011

Ser y estar, tuya y contigo..

Esa no fue la primera vez, no en mi cabeza. Infinidad de noches había soñado ya contigo acercándote a mí y nada más, porque eso era suficiente y lo que tuviera que pasar, necesario. Recuerdo cuando nos cruzábamos, el momento en el que tú me mirabas y yo intentaba no hacerlo, pero no podía parar, tu sonrisa me lo impedía y tus ojos lo imposibilitaban. Así seguía mirándote, hasta que te ibas, yo me daba cuenta de que lo habías hecho y no me quedaba más remedio que seguir mi camino, e imaginar que me sentaba en el suelo frío, como sin fuerzas, esperando que vinieras y te sentaras a mi lado, formando ambas una sola persona, permaneciendo así para y por los restos, como si no hubiera un mañana.

Me desvelo eternamente por las noches y no me encuentro porque no te busco, y me culpo, y sufro.. Espero que tú también lo hagas, que pienses en mí, y que se te deshaga el alma, pero eso es irreal, o no probable por mi parte, siempre he sido así de “positiva”, nunca he querido hacerme ilusiones, menos aún cuando sé que no las hay.

Aquella noche eran ya cerca de las cuatro menos cuarto de la madrugada. Yo seguía despierta, viendo por enésima vez Rosas Rojas, estaba justo en mi escena favorita, la del:

-Termina con esto.
-¿Cómo?
-Dime que me vaya., y no te molestaré más.
(Silencio y abrazo)
-No me olvides.
-Nunca podría hacerlo.

En ese momento sonó el móvil, y era Lara, yo no sabía donde meter mi corazón, puesto que en el pecho no me cabía. Ella y yo siempre tuvimos nuestros roces, nuestras frases a medias y nuestras risas, pero nunca llegó a más. Yo no he tenido el valor suficiente como para decirle a nadie que me gustan las chicas y en especial ella, y Lara.. Lara es Lara, prácticamente imposible que sienta algo por.. Bah, para qué. El mensaje decía algo así como “Angie, a las cinco de la madrugada en las chimeneas, muy urgente” Lo dejé todo conforme leí el mensaje y me dispuse a salir corriendo, como nunca corrí en mi vida.

Al llegar a la estación, cerca del parque de las chimeneas la vi, estaba llorando casi, muy seria y triste, se me rompía el alma al verle así.. Sin más dilación me acerqué lentamente por detrás, le agarré la mano fuerte, muy fuerte, para que notara que yo estaba allí, con ella, para protegerle, más tarde, cuando vi que estaba más segura me senté a su lado y esperé a que ella quisiera hablar, si lo necesitaba y me dijo:

-Angie.. Yo.. esto.. mira, déjalo.
-Lara, si no quieres hablar, no tienes por qué hacerlo, pero si quieres llorar, aquí tienes un hombro, aún nos quedan años para hablar, y aún nos cansaremos.
-Yo llevo meses pensando en.. y me parece ilógico porque yo.. no lo sé, estoy muy confusa.. (Y aquí me dio un papel, no le di mayor importancia y lo eché al bolsillo de mi chaqueta)..
-Hey, hey, tranquila.. ¿Por qué no vamos a mi casa?, aquí hace frío y sé que te gustan los cafés muy calientes..

No respondió pero yo sabía que eso era un sí, así que cogimos su chaqueta y en menos de media hora ya estábamos arriba. Como había dicho preparé dos cafés calientes, uno para cada una y los llevé al sofá. Lara estaba congelada, sus manos, que ahora estaban junto a las mías eran prácticamente cubitos de hielo. Pero seguía estando igual de guapa, o más.
Le di la taza, la cogió tiritando y empezó a beber, al segundo sorbo se le derramó en el pantalón, gritó porque estaba muy caliente y le quemaba. Fui a por una servilleta y agua fresca, me dispuse a limpiarle el pantalón desde cerca, cuando levanté la cabeza ahí estaba, con sus grandes ojos marrones y el rizo pelirrojo que caía. Aún quedaba alguna lágrima y con el dedo pulgar se la quité. Mantuvimos la mirada unos diez segundos, después ella me cogió de las manos, acercó sus labios a los míos y nos fundimos irremediablemente en un beso apasionado, mis manos recorrían su cuerpo y mi cuerpo, a su vez, ya no era mío.
Fuimos quitándonos ropa, lentamente, pero lo hicimos. Su lengua estaba más inquieta que nunca, y parecía ser algo contagioso.
Acabamos a las diez más o menos, cuando el sol ya había salido. Iba a levantarme y vestirme cuando, al meter la mano en el bolsillo de mi chaqueta encontré la nota que Lara me dio horas atrás, en la que ponía:

“No hables, ni te valores, ni te quieras, no me dejes entrar en tu vida, no me dejes soñar despierta, no me busques las cosquillas al amanecer, ni me preguntes cómo me encuentro, no me quieras por querer, lo entiendo. No mires por la ventana melancólica, ni toques el piano esperando a que te coja de la mano y te mire y te quiera.. Nada de esto espero, pero todo ello lo quiero solo contigo, a tu vera..”

Ahora era a mí a quien le caían las lágrimas, ella seguía a mi lado, el sol le daba en la cara, le di un beso y de paso las gracias, mientras que pensaba: Qué suerte tengo de ser y estar, que suerte tengo de hacerlo por primera vez siendo tuya, y contigo..

Canto libertario

Para mí la libertad no es más que decir lo que quiera, cuando quiera y como quiera siempre y cuando no atente a la integridad física, personal, moral, psíquica o de cualquier otro tipo de ninguna persona..

Resumiendo pues:
"Tu libertad está donde acaba la mía, o eso, o compartimos libertades, lo que gustes"