martes, 31 de mayo de 2011

No es difícil si no te ven..

Lo difícil de salir del armario, diría yo, no es solo decirle a tus amigos y familia: "Me gustan las personas de mi mismo sexo", o por lo menos no es lo que más, a mi parecer, sino también, tener que rendir cuentas sobre otros muchos aspectos de tu vida a personas que ni siquiera conoces.
Hay quién me pregunta que por qué tengo tanto miedo y no lo hago ya, no suelo contestar a este tipo de cosas porque puedo, sin querer, hacerlo de mala manera y esa no es mi intención, sé también que es difícil entenderlo sin vivirlo, hay que empatizar mucho y es costoso, pero lo cierto es que antes de hacerlo has de tener en cuenta cómo serán las cosas a partir de ese momento, y la verdad es que no es fácil imaginarlo, sobre todo, no es fácil acertar.

Es algo que afecta bastante a mi vida personal y, a veces, a la estudiantil también, porque todo es una cadena de sucesos.
Una de las cosas que más me afectan, desde luego y sin ningún tipo de duda, es tener que esconder mis cosas, las mías de verdad, las que dicen cómo, por qué, cuándo, qué y dónde, porque eso es de verdad lo que conforma a una persona, esas cosas que menciono incluso cambian al mismo tiempo que cambiamos nosotros.

Con esto no estoy deciendo que todos los homosexuales tuviéramos que gritar que lo somos, porque no sería lógico, igual que no lo sería que lo fuera haciendo un heterosexual, lo que yo digo, bueno, más bien quiero decir, es que si queremos normalidad deberíamos empezar a predicar con el ejemplo, igual que si queremos respeto, pero esto es ya demasiado generalizar.

Lo estoy haciendo a nivel personal porque, como yo, puede haber miles de personas, o incluve más que lo estén pasando peor y no me gustaría incluirles en una "etiqueta" que no les pertenece dando así la mala imagen que suele asolar por estos temas que son totalmente tapiados en algún que otro ámbito de mi vida.

Suelo tener miedo, a veces incluso hasta llego a llorar, y no me duele decirlo, porque es lo que hay, y lo que me toca vivir, muy a mi pesar, porque debería disfrutar de ello y vivir feliz conmigo misma para que los que me rodean pudieran hacerlo también en en respecto a su relación con mi persona.

Por ejemplo, mientras que escribo esto estoy pensando en que en minutos vendrá mi madre, y yo tendré que mentir sobre lo que estoy haciendo, en alguna que otra ocasión, si estoy apunto de dormirme y hago una poesía la tengo que esconder, porque se descadenaría una acción no demasiado positiva para mí después de que alguien lo encontrara y se fijara en que las formas verbales están conjugadas en femenino singular, así con cualquier cosa.

Esto puede desembocar, y por eso las pocas veces que lloro lo hago, en una crisis personal, de identidad, que nunca he reconocido y nunca reconoceré por todo lo que he dicho antes, aunque esto es corto, y no lo alargo más porque al final acabará en la papelera de reciclaje y vuelta a eliminar donde nadie lo pueda encontrar.

Me duele realmente tener que hablar así sobre mí, y tener que sentirme mal e incluso darme asco alguna que otra vez, pero supongo que es normal y lo que me toca. Aunque tampoco puedo negar que tengo mis arranques extraños en los que me libero, y por eso no exploto.

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